Me declaro una shopaholic. Creo que ya había salido del closet antes, pero nunca me había puesto un reto tan grande para enfrentar mi adicción.
Ayer, mientras regresaba de un viaje por las montañas (donde, yo solo usé una sudadera y un pantalon por tres días jaja) , abrí la puerta de mi clóset y me topé con 20 sudaderas. Veinte. Sentí una ansiedad HEAVY. Me congelé y me puse de malas.
Toda la mañana la pasé sacando ropa, preguntándome qué piezas ya no me representan, cuáles ya no me hacen sentir bien, con cuáles ya no conecto y cuales son de la pau del pasado.
En estos ocho años viviendo en Los Ángeles he ido armando una colección hermosa de piezas vintage (y una que otra nueva, la verdad). Y ahora que decidí dejar atrás mi carrera como fashion stylist, he empezado a preguntarme: ¿qué hago con todo esto?
Una parte de mí quiere dejarlo ir. Regalarlo, venderlo, liberar espacio físico y mental. Pero otra parte —la nostálgica que vive en mi — me dice: no pau guárdalo todo. Piensa en tus hijas (que no tengo por cierto). Acuérdate de cómo tu mamá se arrepintió de haber regalado todo lo suyo. ¿Y si un día tú haces lo mismo y te pasa lo que a ella? ¿Y si tu hija pasa por ese mini trauma tuyo de no tener qué cositas para heredar? Así que… aún no voy a decidir nada, jaja.
Lo que sí tengo claro es que voy a seguir haciendo mis rifas de outfits para mis seguidoras fieles de Instagram, y continuar con los giveaways. Porque, neta, me hace feliz hacer felices a los demás, y la paso lindo grabando con una intención. Pero desde hoy, 2 de junio, dejo de comprar ropa.Punto.
Me puse un reto personal de 6 meses sin comprar absolutamente nada.
Y no les miento, solo escribir eso me dio ansiedad, quise borrar esta idea, salir corriendo por un cafecito y fingir que nunca se me ocurrió. Pero bueno, no, ahora si lo voy a hacer.
No solo es un tema de extremo consumo, también es una invitación personal a observarme, a escribir este diario, a seguir compartiendo mis looks con lo que ya tengo, a ser mucho más creativa. Quiero cambiar esa necesidad constante de pensar que tengo que tener más.
Esta es, oficialmente, mi carta de fuck you (en bonito) a la moda, al consumismo, a los trends, y a esa presión de siempre estar "a la vanguardia".Who fucking cares…bueno eso digo hoy jaja, vamos a ver cómo me siento en una semana.
Este viernes viajo a Oaxaca y, sí, me da miedo caer. Hay cosas TAN lindas allá. Pero tengo fe. Sé que sí se puede. Sí se puede pau si se puede..
Voy a ir contando aquí cómo me va, día a día o semana a semana, según lo que sienta. Hoy estoy bien. Ansiosa, pero bien, y escribiendo que es lo que mas importa.
P.D. Los dos vestidos para la boda de mi amiga Ale no cuentan, ¿ok? Esos ya estaban presupuestados desde antes de que esta idea loca se me metiera en la cabeza.
Deséenme suerte. Y, como pueden ver en las fotos… usé lo mismo toda la semana. Obvio con mi PANTALON para todos lados.. Y la verdad: la pasé muy bien.
Gracias por leerme
Poccs